ORAR ES TRABAJAR


Un pastor visitaba a una anciana que era miembro de su congregación. Dicha anciana había estado inválida durante mucho tiempo.
--Lamento mucho haber llegado a esta hora –le dijo--; pero he tenido que recorrer todo el pueblo antes de venir.
--Yo también, señor pastor, acabo de recorrer todo el pueblo.
--¿Cómo es posible? Usted no puede moverse de la cama.
¡Ah! –contestó la viejecita--; mi alma no está atada a la cama, y así todos los días recorro el pueblo con mis oraciones, sin moverme de aquí.

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