¿Qué decimos a Dios?


Por Matthew Henry

¿No tenemos mucho que decirle en reconocimiento de su gracia condescendiente en favor de nosotros, al manifestarse a nosotros y no al mundo, y en la profesión de nuestro afecto y sumisión a Él: Señor, tú sabes todas las cosas, Tú sabes que te amo?

Dios tiene algo para decirnos como amigo, cada día, por medio de su Palabra escrita en la cual hemos de oír su voz; por medio de sus actos providentes y en nuestras conciencias, y Él escucha para ver si nosotros tenemos algo que decirle como respuesta, y es un acto hostil si no lo hacemos. Cuando Él nos dice: Buscad mi rostro, ¿no tendrían que contestar nuestros corazones como a alguien a quien amamos «Tu rostro buscaré, Señor»? Cuando nos dice: «Volved, hijos descarriados», ¿no deberíamos contestar inmediatamente: He aquí, hemos venido a ti, porque Tú eres nuestro Señor Dios? Si Él nos habla por medio de la reprimenda y nos redarguye, ¿no deberíamos contestarle por medio de la confesión y la sumisión?

Si nos habla por medio del consuelo, ¿no deberíamos contestarle con alabanza? Si amas a Dios no tienes por qué estar buscando algo que decirle, algo que tu corazón derrame delante de Él, pues Él ya lo ha puesto allí por su gracia.

Como amo a quien servimos y con el cual tenemos tratos. Piensa en los numerosos e importantes intereses que hay entre nosotros y Dios, y al instante reconocerás que tienes mucho de qué hablarle. Estamos en dependencia constante de Él. Toda nuestra expectativa es en Él; tenemos tratos continuos con Él; «todas las cosas están desnudas y descubiertas a los ojos de aquel a quienes tenemos que dar cuenta». (Hebreos 4:13.)

¿No sabemos que nuestra felicidad se halla entrelazada con su favor; que es vida, la vida de nuestras almas, mejor que la vida, que la vida de nuestros cuerpos? ¿Y no tenemos tratos con Dios para procurar conseguir su favor, para implorarle en nuestro corazón, para pedirle que nos alumbre con la luz de su rostro, para rogarle por la justicia de Cristo, como el único medio por el cual tenemos esperanza de conseguir la benevolencia de Dios?

Comentarios