SOY DÉBIL

Por Charles Spurgeon

¡Cuán débil soy! No soy capaz de mantenerme cerca de Dios. Me veo obligado a reconocer mi propia esterilidad. Confieso cuánto me he descarriado de Ti, que eres la grandiosa Fuente de aguas vivas; 

“Pero como no he olvidado Tu ley,
Restaura a Tu oveja descarriada”.

¡Vivifícame en medio de los años, y haz resplandecer Tu rostro sobre mí! ¡Cuánto merezco la eterna condenación! Pero la salvación no es por merecimiento, sino por la gracia inmerecida. Esa es la tabla sobre la cual espero flotar hasta la gloria, cuando este mundo naufrague y perezca en el vasto abismo.

Tomado del Diario de Charles Spurgeon  15 de Mayo – 1850

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