David Mc Intyre
El Dr. John Paton, de las Nuevas
Hébridas, cuenta de una cámara de oración como ésta en la modesta casa de su
padre: “Nuestra casa consistía de una habitación exterior y una interior y un
cuartito entre ambas, o cámara, que llamábamos ‘cubículo’… El cubículo era una
pieza muy pequeña entre las otras dos, con apenas lugar para una cama, una
mesita y una silla, con una diminuta ventana que daba una diminuta luz a la
escena. Este era el santuario de aquella cabaña. Allí diariamente, y muchas
veces durante el día, por lo general después de cada comida, veíamos a nuestro
padre retirarse, y cerrar la puerta, y nosotros los niños entendíamos, por una
especie de instinto espiritual (porque tales cosas eran demasiado sagradas para
comentar) que allí se estaban elevando oraciones a nuestro favor, como en la
antigüedad lo hacía el sumo sacerdote detrás del velo en el lugar santísimo.
Ocasionalmente oíamos los ecos de una voz temblorosa, rogando como alguien que
ruega por su vida, y aprendimos a caminar pasando esa puerta de puntillas, a
fin de no interrumpir la santa conversación. El mundo quizá no sabía, pero
nosotros sí, de dónde procedía esa luz feliz, como la sonrisa de un recién
nacido, que siempre tenía el rostro de mi padre: era un reflejo de la presencia
divina, de la cual él siempre estaba consciente. Nunca, ni en los templos ni en
las catedrales, en los montes ni en los valles, podría esperar que el Señor
Dios estuviera más cerca, caminando más visiblemente entre los hombres y
hablando con ellos, que bajo el techo de paja y vigas de roble de aquella
humilde cabaña.”-Dr. John G. Paton, Autobiography.
Muchisimas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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