
por Oswald Smith
Los hombres grandemente usados por Dios eran poderosos en oración. Por sus biografías se descubre que el deseo de oración predominaba. Jacob exclamó:
"No te dejaré ir, si no me bendices."
Dios respondió:
"... luchaste con Dios y con los hombres, y prevaleciste".
Jesús, en medio de sus grandes actividades, se retiraba del medio de la multitud para buscar un lugar desierto para orar; a veces pasaba noches enteras sólo con el Padre, orando con tanto fervor de Espíritu que su sudor era como sangre. Esta es la historia de todos los hombres usados por Dios. ¿Usted está dispuesto a pagar el precio?
El hombre puede ser maravillosamente preparado y habilitado para el servicio de Dios, pero si no hubiera aprendido a prevalecer en oración no puede esperar la bendición de Dios en su trabajo. Quiero enfatizar la necesidad de cada uno retirarse para un lugar secreto a fin de prevalecer en oración, la oración que alcanza lo que se busca. Necesitamos orar eficazmente y recibir la respuesta. ¡Qué podamos experimentar una vida de oración semejante a la de hombres como Fransell, Ostoby, Carvasso, John Smith y Finney!
Los hombres grandemente usados por Dios eran poderosos en oración. Por sus biografías se descubre que el deseo de oración predominaba. Jacob exclamó:
"No te dejaré ir, si no me bendices."
Dios respondió:
"... luchaste con Dios y con los hombres, y prevaleciste".
Jesús, en medio de sus grandes actividades, se retiraba del medio de la multitud para buscar un lugar desierto para orar; a veces pasaba noches enteras sólo con el Padre, orando con tanto fervor de Espíritu que su sudor era como sangre. Esta es la historia de todos los hombres usados por Dios. ¿Usted está dispuesto a pagar el precio?
El hombre puede ser maravillosamente preparado y habilitado para el servicio de Dios, pero si no hubiera aprendido a prevalecer en oración no puede esperar la bendición de Dios en su trabajo. Quiero enfatizar la necesidad de cada uno retirarse para un lugar secreto a fin de prevalecer en oración, la oración que alcanza lo que se busca. Necesitamos orar eficazmente y recibir la respuesta. ¡Qué podamos experimentar una vida de oración semejante a la de hombres como Fransell, Ostoby, Carvasso, John Smith y Finney!
Este artículo fue extraído del libro “O Homem Que Deus Usa” por Oswald Smith
Traducido por Wiarly Muñoz Giampaoli
Traducido por Wiarly Muñoz Giampaoli
Comentarios
Publicar un comentario