Por James Hudson Taylor
"La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee"
(Lucas 12:15).
No infrecuentemente nuestro Dios deja a los de su pueblo en dificultades con el fin de que ellos puedan conocerle como no podrían hacerlo de otra forma. Entonces Él se revela como "nuestro pronto auxilio en las tribulaciones", y hace alegrar verdaderamente al corazón en cada nueva manifestación de la fidelidad de un Padre. Nosotros que sólo vemos una parte tan pequeña de las dulces consecuencias de las pruebas, frecuentemente sentimos que no las habríamos perdido por nada; ¡cuánto más bendeciremos y magnificaremos su nombre cuando todas las cosas ocultas sean traídas a la luz!
En el otoño de 1857, justo un año después de que llegué a establecerme en Ningpo, ocurrió un pequeño incidente que hizo mucho para fortalecer nuestra fe en la ternura y el cuidado permanente de Dios.
Un hermano en el Señor, el Rev. John Quarterman, de la Misión Americana Presbiteriana del Norte, fue tomado con una muy fuerte viruela, y fue mi triste privilegio cuidarle a través de su penosa enfermedad hasta su fatal término. Cuando todo hubo acabado, fue necesario apartar las ropas utilizadas mientras lo cuidé, por temor de transmitir la infección a otros.
No teniendo el dinero suficiente para adquirir lo necesario para hacer este cambio, la oración fue el único recurso. El Señor respondió por el inesperado arribo de una caja perdida hace tiempo con ropa desde Swatow, ésta había permanecido al cuidado del Rev. William Burns cuando lo dejé para Shanghai, al principio del verano del año anterior. El arribo de las cosas justo en esta crisis fue tan apropiado como notable, y trajo una dulce percepción de la provisión del Padre.
Aproximadamente dos meses más tarde fue escrito lo siguiente:
18 de Noviembre de 1857
Muchos parecen pensar que soy muy pobre. Esto ciertamente es bastante cierto en un sentido, pero agradezco a Dios somos "como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo." Y mi Dios suplirá, toda mi necesidad, a Él sea toda la gloria. Yo no sería, si pudiera ser, otra cosa que lo que soy -enteramente del Señor, y usado como un canal de ayuda para otros.
"La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee"
(Lucas 12:15).
No infrecuentemente nuestro Dios deja a los de su pueblo en dificultades con el fin de que ellos puedan conocerle como no podrían hacerlo de otra forma. Entonces Él se revela como "nuestro pronto auxilio en las tribulaciones", y hace alegrar verdaderamente al corazón en cada nueva manifestación de la fidelidad de un Padre. Nosotros que sólo vemos una parte tan pequeña de las dulces consecuencias de las pruebas, frecuentemente sentimos que no las habríamos perdido por nada; ¡cuánto más bendeciremos y magnificaremos su nombre cuando todas las cosas ocultas sean traídas a la luz!
En el otoño de 1857, justo un año después de que llegué a establecerme en Ningpo, ocurrió un pequeño incidente que hizo mucho para fortalecer nuestra fe en la ternura y el cuidado permanente de Dios.
Un hermano en el Señor, el Rev. John Quarterman, de la Misión Americana Presbiteriana del Norte, fue tomado con una muy fuerte viruela, y fue mi triste privilegio cuidarle a través de su penosa enfermedad hasta su fatal término. Cuando todo hubo acabado, fue necesario apartar las ropas utilizadas mientras lo cuidé, por temor de transmitir la infección a otros.
No teniendo el dinero suficiente para adquirir lo necesario para hacer este cambio, la oración fue el único recurso. El Señor respondió por el inesperado arribo de una caja perdida hace tiempo con ropa desde Swatow, ésta había permanecido al cuidado del Rev. William Burns cuando lo dejé para Shanghai, al principio del verano del año anterior. El arribo de las cosas justo en esta crisis fue tan apropiado como notable, y trajo una dulce percepción de la provisión del Padre.
Aproximadamente dos meses más tarde fue escrito lo siguiente:
18 de Noviembre de 1857
Muchos parecen pensar que soy muy pobre. Esto ciertamente es bastante cierto en un sentido, pero agradezco a Dios somos "como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo." Y mi Dios suplirá, toda mi necesidad, a Él sea toda la gloria. Yo no sería, si pudiera ser, otra cosa que lo que soy -enteramente del Señor, y usado como un canal de ayuda para otros.
Comentarios
Publicar un comentario