GRITOS DE MISERICORDIA


El ministerio de Juan Redfield

Si tú lees acerca de los grandes avivamientos, y de los cientos de hombres y mujeres que fueron llevados a Dios, bajo el ministerio del gran evangelista, metodista, que fue Juan Redfield, descubrirás que la gente de esos días no había perdido "la agonía"; es decir, que algunos de ellos la tenían. Aquí tenemos dos ejemplos:
"Él (Redfield), comenzó a tener de nuevo algunas de sus peculiares experiencias, que a menudo habían socorrido a sus más prósperas obras. Empezó a sentirse agobiado por el trabajo. Había tenido frecuentemente estas luchas, y a veces con una intensidad tal que lo llevaba a postrarse en el lecho, como si estuviera con ataques y lo mantenían allí hasta que llegaba la victoria. Una noche en la iglesia, él estaba lleno de una inexplicable agonía por las almas. Si hubiera podido gritar como los antiguos profetas, eso lo hubiera aliviado. Pero no podía hacerlo. Pensó que no podría soportarlo. Intentó salir del templo, pero fue reprendido por el Espíritu Santo. Entonces dijo:
—'Señor, trataré de sostenerme—, y comenzó a gritar, diciendo, —¡Oh Dios mío, esta gente debe ser salvada!"
"En eso, fue instantáneamente aliviado. La iglesia en pleno fue conmocionada. Gritos de misericordia con exclamaciones de regocijo se escuchaban por todos lados."

La agonía del alma lleva a centenares a Cristo
El resultado de esto fue que cientos de personas se entregaron a Cristo en esa reunión, y, el trabajo fue tan intenso y completo, que otras iglesias que trataron de arrastrar fuera de la Iglesia Metodista a los convertidos, lo consiguieron. Pero años más tarde se declaró: "algunos frutos de ese avivamiento aún permanecen".
En otra oportunidad: "Él (Redfield), comenzó a sentir que el espíritu de oración era una carga en él. Su agonía por las almas llegó a ser muy grande. La sensación era como si una mano poderosa lo asiera del cerebro, levantándolo y arrojándolo, y, provocándole gran dolor. Esto ocurrió varias veces, pero siempre él clamaba diciendo:
" —Yo continuaré hasta que la salvación llegue."
"Luego repentinamente era aliviado, y el poder de Dios caía sobre la gente de una forma maravillosa", seguido de grandes resultados.

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