LOS HIJOS DE DIOS

Amigos,

Los hijos del diablo,
qué expertos son en la maldad, en todo engaño en su reino;
y aún así ellos pueden hablar de las cosas de Dios:
pero ningún ojo de buitre o bestia venenosa caminó jamás en los pasos del justo,
aunque ellos hablen del camino.
Porque quienes tienen su conversación en este mundo,
y sólo piensan en las cosas de este mundo,
en vano profesan piedad.

Pero los hijos de Dios,
quienes son concebidos y engendrados de él, no son de este mundo,
ni tampoco piensan sólo en las cosas de este mundo,
sino en las cosas que son eternas.

Pero los hijos de este mundo piensan principalmente en las cosas externas,
y su amor está dentro de ellos,
y los otros viven por fe;
el uno es santificado por la palabra, y los otros están pintados con las palabras.

Los hijos de Dios son puros de corazón, y no miran solamente a lo de afuera.
El favor del mundo y la amistad con el mismo es enemistad con Dios.
El hombre pronto puede estar manchado con éstos.
¡Oh! ¡Amen a los forasteros, y sean como forasteros en el mundo, y para el mundo!
Porque los que siguieron a Cristo en su cruz,
ellos eran forasteros en el mundo,
y un asombro para el mundo,
y condenados por el mundo;
y el mundo no lo conoció,
y tampoco conoce a los que le siguen.
De manera que no se maravillen si el mundo los odia;
porque el mundo permanece en odio y maldad.
Los que aman este mundo son enemigos de Cristo;
y los que aman al Señor Jesucristo,
y lo tienen como su Señor sobre ellos,
ellos son redimidos de este mundo.
El mundo quiere tener a Cristo, pero no para que gobierne sobre ellos;
la naturaleza del mundo encadena a Cristo en el hombre,
hasta que Cristo ha dominado esa naturaleza en el hombre.
Mientras que la naturaleza del mundo gobierna al hombre,
¡oh, los oídos sordos y los ojos ciegos, y los entendimientos,
todos son apagados entre ellos, con los cuales ellos juzgan!
Pero aquellos que aman al Señor Jesucristo,
no se preocupan por el juicio del mundo, ni se molestan por él;
pero consideren a todos nuestros hermanos, quienes han salido antes que nosotros.
Cuando ustedes piensen que han pasado todas las cruces,
cuando venga la prueba,
encontrarán una cruz para esa voluntad
que se entromete con las cosas de Dios presuntuosamente;
ese hombre puede que viva en gozo, pero el espíritu está en servidumbre.
No se regocijen en la carne, sino más bien en el espíritu,
el que crucifica todas las presunciones carnales:
si lo carnal es alimentado, entonces surge el descuido,
y ellos caen en la monotonía (del espíritu),
y no piensan en el Señor Dios;
los tales pronto están llendo de arriba para abajo.
La serpiente tentó a Eva para que comiera la fruta prohibida,
y ella tomó la fruta y le dió a su esposo,
y así ellos cayeron bajo el poder de la serpiente, y las criaturas,
fuera del poder de Dios, el cual los habría mantenido en el dominio.
Y así, Adán y Eva, y la serpiente, todos se salieron de la verdad.
Y Eva al comer del árbol del conocimiento,
ella tuvo conocimiento y sabiduría después de la caída,
pero no en el dominio, en el poder de Dios.
Más la simiente de Cristo, la cual existía al comienzo,
hiere la cabeza de la serpiente, y él es la sabiduría de Dios.
George Fox

Comentarios