¿CÓMO PUEDEN LOS CREYENTES RESISTIR A SATANÁS, CUANDO HACE QUE EL PECADO SEA TAN ATRACTIVO?


Por Tomás Brooks

Hay cuatro remedios que nos pueden ayudar para no ser atraídos por el pecado en esta manera.

Primero, los creyentes deben mantenerse alejados del pecado tanto como puedan. (1 Tes.5:22, Prov.5:8)
Una persona que camina a la orilla del precipicio, puede caer en cualquier momento. Si el creyente camina cerca de lo que es pecaminoso, no debe sorprenderse si es atrapado por el pecado. Pablo dijo a los cristianos que odiaran la maldad y que la odiaran intensamente. (Rom.12:9).

Segundo, los creyentes deben recordar que el placer del pecado pronto se convierte en amargura. (Job 20:12-14)
El pecado puede brindar placer por un rato y parecernos fácil al principio (Heb.11:25); pero al fin, el dolor producido es mayor que el placer que se recibe. Es como la comida con veneno; tiene buen sabor, pero si no es arrojada es mortal. El pecado que se come en la tierra se tendrá que digerir en el infierno.

Tercero, Los creyentes deben recordar que el pecado les hará perder aquello que es realmente bueno.
Los que ceden ante el pecado pierden el favor de Dios. Su gozo espiritual se desvanece y pierden la paz de su corazón. El Espíritu Santo es contristado y su influencia vivificadora languidece. El pecado les hace perder estas cosas buenas. Entonces, el diablo les está engañando porque el pecado no es realmente placentero. (Sus comodidades siempre son temporales.)

Cuarto, Los creyentes deben fijarse bien en la forma como el pecado engaña.
El pecado es el más grande engañador y es la causa de todo el engaño que hay en el mundo. En sí mismo, el pecado es sobremanera pecaminoso. (Heb.3:13) Cuando el pecado los ha engañado, los creyentes frecuentemente se niegan a admitirlo y contrariamente piensan que están bien. El pecado les hace creer que el mal es bueno. Basta pensar en lo ocurrido con Faraón, Balaam y Judas para darnos cuenta que una persona puede conducirse pecaminosamente pensando que está actuando bien. En tales ejemplos podemos observar cómo es que una persona puede estar dispuesta a perder a Dios, el cielo, Cristo y aún su propia alma porque no quiere dejar sus pecados. No hay nada tan engañoso como el pecado.
Recuerda que el pecado no es placentero sino amargo, y no importa que tan agradable parezca.
No dejes que Satanás te aleje de Dios con un engaño como éste.

COMO SER FORTALECIDOS
En seguida mencionaremos algunas maneras en que los creyentes pueden fortalecerse para este conflicto espiritual.

Primero, los creyentes deben andar conforme a las reglas de Dios. La Biblia, la Palabra de Dios
debe gobernar en sus vidas. El descuido de la Palabra de Dios le da a Satanás una ventaja. El que piensa que no necesita depender de la guía de la Palabra será desviado y engañado por el diablo.

Segundo, Los creyentes deben tener cuidado de no contristar al Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos enseña como vencer al diablo, como evitar sus trampas y artimañas. El Espíritu Santo nos fortalece para la batalla. “El que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.” (1Jn.4:4).

Tercero, los creyentes deben buscar más sabiduría y madurez espiritual. El conocimiento de la verdad no basta. Nos hace falta la sabiduría y la madurez espiritual para poner en práctica nuestro conocimiento. El libro de Proverbios nos servirá mucho para ir adquiriendo esta sabiduría.

Cuarto, los creyentes deben seguir siendo llenos del Espíritu Santo. No es suficiente que el Espíritu more en nosotros; “Sed llenos del Espíritu.” (Efe.5:18) Esto es más que el mero hecho de no contristar al Espíritu Santo. Significa dejarnos guiar y controlar por el Santo Espíritu., significa crecer en las virtudes del Espíritu que son contrarias a los frutos de la carne que el diablo utiliza para tentarnos.

Quinto, debemos velar. Satanás nos está vigilando y nosotros debemos estar alertas. El alma que no vela contra las tentaciones inevitablemente caerá bajo el poder de ellas. “Velad y orad para que no entréis en tentación.” (Mat.26:41).

Sexto, los creyentes deben resistir a Satanás al principio de la tentación. No deben discutir con él, sino que deben huir de él. Eva se puso a argumentar con el diablo y terminó vencida.

Santiago 4:7 dice, “Resistid al diablo que de vosotros huirá.”

Séptimo, debemos mantener nuestra comunión con Dios. Mientras David mantuvo su comunión con Dios, estuvo firme y triunfó sobre todos sus enemigos. Cuando se relajó y descuidó la comunión con Dios, fue derrotado fácilmente por las tentaciones del diablo.

Octavo, los creyentes deben orar y buscar nuevas fuerzas cada día. No pueden contar con la fuerza que tuvieron en el pasado; necesitan nuevas fuerzas cada día. Necesitan recibir fortaleza continuamente. Esta fortaleza puede recibirse solamente por la oración, el estudio de las escrituras y el compañerismo cristiano.

Por último, debemos estar agradecidos cuando escapamos de los ataques del diablo. Es una bendición muy grande cuando somos ayudados por Dios a resistir la tentación. Escapamos del peligro y de muchas tristezas que de otro modo habríamos sufrido. Mientras que los demás hombres son llevados cautivos por el enemigo de sus almas, los creyentes deben estar agradecidos que no les suceda lo mismo.

Extractos Tomados del libro Remedios Preciosos Contra Las Artimañas Del Diablo Por Tomás Brooks
(Publicado originalmente en 1652 en Inglaterra)

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