¡El Rey Está Muy Cerca!


Por A. B. Simpson

Vivimos en un tiempo muy solemne. Estamos en el umbral de la era que está para iniciarse, y al final de la dispensación cristiana. Nunca antes los tiempos fueron tan trascendentales ni las oportunidades tan extraordinarias. Pertenecemos a la generación por la cual han esperado todas las edades, y que todos los seres humanos muy bien podrían envidiar: la generación cuya máxima misión pueda ser ¡dar la bienvenida a su Rey que regresa, y anunciar por todo el mundo las buenas nuevas de Su llegada! ¡Que Dios nos ayude a redimir el tiempo y a ser fiel a Su supremo llamamiento! (Flp 3:14).
Estamos viviendo en la época en que Dios, para realizar Su obra, está usando no al fuerte y al entendido, sino a los instrumentos más humildes. Está escogiendo a un pueblo de un pueblo. Está tomando lo débil y necio, y las cosas que no son, para deshacer las que son.
Por lo tanto, nadie necesita decir, «Soy incapaz. No hay nada que yo pueda hacer.» Todo lo que necesitamos es el bautismo de Su Espíritu, el poder de Su presencia, y Él nos puede usar poderosamente, en medio de nuestra debilidad e insignificancia, como testigos para el Nombre de Jesús. La victoria de hoy se gana con el pequeño ejército de Gedeón, los trescientos, y no por los treinta mil.
Por último, el principal dirigente de todo nuestro esfuerzo es la venida personal del Señor. ¡Él está muy cerca! Esto es lo que anima nuestros corazones. Esto es lo que hace que cada sacrificio y esfuerzo parezcan pequeños. Él está cerca, y Su recompensa nos compensará por todo. ¡Oh, sigamos adelante con esta alentadora esperanza, aceptemos nuestra gran tarea y seamos dignos de tan alto honor que nos ha conferido al participar con Él!

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