LA CENICIENTA DE LA IGLESIA

POR LEONARD RAVENHILL

La cenicienta de la iglesia es la oración. Esta criada del Señor es despreciada y desechada porque no se adorna con las joyas del intelectualismo, ni las brillantes sedas de la filosofía, ni con la impresionante tiara de la sicología. Lleva los - delantales de honesta sinceridad y humildad. No teme arrodillarse. -El defecto de la oración, humanamente hablando, es que no se apoya en la eficiencia mental. (Esto no quiere decir que la oración sea la aliada de mentes enfermas, sino que en éstos sólo se aprecia la eficiencia intelectual) Pero la oración requiere una sola cosa: espiritualidad.

No se necesita indispensablemente la espiritualidad para predicar, esto es, para dar sermones con perfección homilética y exactitud de exégesis. Mediante una buena dosis de memoria, ciencia, ambición personal, desparpajo y una buena biblioteca bien cargada de libros, el púlpito puede ser conquistado por cualquiera en nuestros días. La predicación de este tipo puede influenciar a los hombres, la oración influye con Dios.

La predicación afecta al tiempo, la oración a la Eternidad. El púlpito puede ser un escaparate para exhibir nuestros talentos; la oración significa lo contrario a exhibicionismo.

TOMADO DEL LIBRO PORQUE NO LLEGA EL AVIVAMIENTO


DE LEONARD RAVENHILL

Comentarios