GLORIA A DIOS POR LA FAMILIA


Por Susana Spurgeon


"Mi esposo había estado trabajando por largo tiempo con mucha presión y estaba necesitado de descanso. De antemano fijamos un día para tomarnos unas vacaciones y desde entonces ambos esperábamos con impaciencia que llegara ese momento. En cada comida hablábamos de esas vacaciones y un día en la mesa me dijo: "Querida, sería bueno que pusiéramos en algún lugar una tira de papel marcada con los días que nos faltan  y vamos cortándolos". Inmediatamente preparé una gran cinta con todos los días que nos faltaban para esas vacaciones y debajo de ella colgamos un calendario. Ciertamente que no era un bello adorno en el comedor pero nos daba mucho gusto cada día ir cortando uno en una tira de papel. A nadie le importaba como lucía si nos daba tanto gusto. Era una tira bien larga y la disfrutábamos como niños ir cortando los días marcados y viendo que cada vez se hacía más corta. Los amigos que nos visitaban si estaban en el momento de la ceremonia de cortar la cinta disfrutaban con gran curiosidad nuestro regocijo al quitar afuera con unas tijeras cada uno de los días de espera. Algunos se reían, otros se burlaban, y algunos criticaban; pero él permanecía firme hasta que ya casi quedaban una o dos pulgadas para recortar cuando comenzamos a hacer las preparaciones para el muy largo y deseado viaje. Pero,  ¡vaya, afuera con nuestros planes si no corren paralelos con la voluntad de Dios! Mi amado cayó seriamente enfermo cuando sólo quedaban unos pocos días para recortar en la cinta y muchas lágrimas en nuestros ojos por el desencanto decidimos quitar la cinta de la pared, y  a lo cual nos siguió un gran período de sufrimientos. Pasados unos días mi buen esposo me dijo: “Amor, no lo volveremos hacer nunca más, será mejor en el futuro que esperemos pacientemente en el desarrollo del propósito de Dios para nuestras vidas”.
(Susana Spurgeon, tomado de la Autobiografía de su esposo Spurgeon, Pag.63)

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