GLORIFICANDO A DIOS EN EL FUEGO



Por George Whitifield
El fuego, mis hermanos, no solo quema y purifica, sino, como usted sabe, separa una sustancia de otra, siendo utilizado en la química y en la mecánica. ¿Qué es lo que podríamos hacer sin el fuego? Él refina el metal, a fin de purificarlo. El Dios Todo poderoso sabe: frecuentemente somos más purificados, en determinado momento, por intermedio de una saludable prueba  que por medio de millares de demostraciones de su amor. Es algo excelente salir purificado y perdonado del horno de la aflicción: su propósito es purificarnos, a fin de separar lo precioso de lo vil, la cizaña del trigo. Y Dios, para realizar eso, se agrada en colocarnos en un fuego y luego en otro. Esto me hace apreciar la ocasión en que veo a un buen hombre pasando por aflicciones, porque me enseña algo sobre la manera como Dios trabaja  en el corazón.
Recuerdo que, hace algunos años, cuando prediqué en Shields, cerca de Newcastle, en el norte de Inglaterra, entré en una fábrica de vidrio.
Permaneciendo muy atento, pude contemplar varias piezas de vidrio caliente con diversas formas. El operario pegó una de las piezas de vidrio y la colocó en el horno; después, en otra; y, posteriormente, en otra tercera.
Cuando le pregunté: ¿Por qué usted está colocando ese vidrio en tantos hornos? Él me respondió: Colocarlos solo en la primera o en la segunda no es suficiente; por esta razón, yo lo coloqué en la tercera: eso transforma el vidrio transparente.
Al alejarme del operario, se me ocurrió que aquel acontecimiento me daría un buen sermón: Puesto que, ese hombre colocó el vidrio en un horno después en  otro, a fin de que pudiésemos ver a través de él. ¡Oh! Que Dios me coloque en un horno después en otro, para que mi alma sea transparente, y yo lo vea como Él es.
Mis hermanos, necesitamos ser purificados, nuestra  tendencia es de querer ir al cielo en una cama blanda; pero el camino del Rey para muchos consiste en un lecho de dolores y abatimiento. Conforme sabemos, hay varias entradas en Londres llamadas, caminos del rey, y fueron excelentemente construidas con piedras. Pero el camino del Rey para el cielo está repleto de cruces y aflicciones.
Traducido por Wiarly Muñoz Giampaoli
20 de mayo de 2010

Comentarios