TIEMPOS DE SEQUÍA ESPIRITUAL


POR A.W. TOZER

“Probablemente nada molesta e inquieta tanto al cristiano sincero, como el problema de esos periodos de sequía que le vienen ocasionalmente, no importa cuán fielmente trate de obedecer a Dios y caminar en la luz. Nunca puede predecirlos ni explicarlos. Y en esto radica su dificultad. Tal vez pueda ser de consuelo para alguien que se encuentre en medio del desierto emocional el saber que su experiencia no es única ni singular. Los santos más dulces y santificados que pisaron la tierra llenos de gracia, se encontraron alguna vez en ese lugar. En los libros devocionales que nos han legado los grandes hombres y mujeres de Dios de antaño, casi todos tienen al menos un capítulo dedicado a lo que ellos llaman “aridez” en la vida cristiana. La palabra misma nos arranca una sonrisa de simpatía, porque describe perfectamente la experiencia que muchos de nosotros conocemos demasiado bien. Nuestro corazón se siente “árido” y nada puede traer la lluvia. Es bueno saber que la sequía interna ha sido una experiencia común para los santos (…)
Tiempos como estos exigen que ejercitemos la fe. Los grandes y amenos momentos de deleite espiritual no requieren de mucha fe. Si nunca descendemos del monte de la bendición, fácilmente podríamos confiar en nuestra propia amenidad y en nuestros deleites en vez de en el inamovible e inquebrantable carácter de Dios. Es necesario, por lo tanto que nuestro Padre Celestial, quien vela por nosotros con todo cuidado, nos prive de Sus consuelos internos y retire nuestra comodidad a veces para enseñarnos que solo Cristo es la Roca sobre la cual deberíamos descansar y depositar nuestra confianza eterna.”
Fragmento tomado del libro “La Raíz de los Justos” de Aiden Wilson Tozer

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