OH, Jesús, mi cruz hoy llevo, Todo dejo y sigo a ti;
Despreciado, abandonado, Eres todo para mí.
Toda la ambición perezca, Lo que quise y conocí;
¡Más cuan rica es mi vida, Dios, el cielo diste a mí!
Que el mundo me desprecie, Ya a Jesús también dejó;
Como el hombre que me miente, No es así mi Salvador;
Mientras tenga tu sonrisa, Tierno, poderoso Dios,
Aunque todos me eviten, Tu faz muestras y luz salió.
Al atormentarme el hombre, A tu seno me mandó;
Grandes pruebas da la vida, Más descanso me es Dios.
La tristeza no me daña, Si tu amor conmigo está;
Y el gozo no me encanta, Si Jesús allí no está.
(Traducción de “Jesus, I My Cross Have Taken” por Henry F. Lyte, 1793-1847).
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