RECOMPENSAS CELESTIALES PARA LOS GANADORES DE ALMAS


por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (I Corintios 3:12-15).
La obra de cada Cristiano será probada. Lo que es permanente – oro, plata, y piedras preciosas – recibirán recompensa. Lo que es temporal – madera, heno, hojarasca – será quemada y destruida. Esto no se refiere a la salvación. Se refiere a las recompensas que alguna gente salva recibirá, y que otra no recibirá.
Algunos edificaron un edificio de iglesia bello y caro. Pero no tendrá valor eterno ni no es usado para ganar más almas. A menos que aumente el número de almas ganadas, el dinero, el tiempo, y la energía invertida en él no tendrán valor en el juicio de Cristo. ¡Quémala! ¡Quémala!
Otros edificaron una escuela. Ellos apoyaban la educación, la cultura, las artes, y las ciencias. Pero a menos que haya entrenado a la gente a ganar almas, no tendrá valor en el juicio de Cristo. ¡Quémala! ¡Quémala!
Todas las organizaciones, toda la obra administrativa del pastor, y los obreros de la Escuela Dominical y las secretarias, no tienen valor a menos que gane almas perdidas. De otro modo es madera, heno, y hojarasca.  ¡Quémala! ¡Quémala!
Una Escuela Dominical, una iglesia, cantar canciones, la obra de una denominación, aun enseñar la Biblia a los Cristianos – todo es temporal, sin fruto y sin recompensa en el juicio de Cristo amenos que resulte en ganar almas perdidas. ¡Quémala! ¡Quémala!  ¡Quémala!
I Corintios 3:15 dice: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”: Si dejas a amados ir al Infierno sin urgirlos a venir al Salvador, estarán todavía en el Infierno. Todo tu llanto no cambiará eso. Cristo quizá le hubiera perdonado, pero eso no cambia el hecho de que los amados están en el Infierno y no en el Cielo. Así que la felicidad de la recompensa del Cristiano durante el tribunal de Cristo dependerá principalmente del ganar almas. La única y sola razón porque Cristo murió en la Cruz fue para salvar almas. Aquellos Cristianos que ayudan a Jesús a hacer esa cosa principal serán recompensados más que aquellos que no ganaron almas.  Escucha “El Precio del Avivamiento” del Dr. Rice:
Tesoros mundanos, son vanos, se pierden, 
   Se van como niebla y marchitanse; 
Más almas ganadas con ruego y llanto 
   Quedarán en la siega eternal. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 

Llegando a la siega con heno, hojarasca, 
   Cuan triste será en el juicio allá, 
Sin nadie ganado al Señor Jesucristo 
   Que mostrar en la siega eternal. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 
(Traducción de “The Price of Revival” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
Es mejor que cambiemos nuestra manera de pensar acerca de lo que realmente importa en la eternidad. Es mejor que pongamos nuestro corazón en cosas que no pasarán, y son de vital importancia en la eternidad.
¡Prefiero ser un simple ganador de almas y brillar como las estrellas a perpetua eternidad, que ser el hombre más rico o el más honrado en este mundo de hoy! Los grandes hombres en la eternidad no serán los Kennedy, los Bush, los Clinton o los Obama. ¡Los grandes hombres en la eternidad serán Whitefield, los Wesley, Spurgeon, Lloyd-Jones, John R. Rice, y los ganadores de almas completamente entregados!
Qué poco sentido tiene perder el tiempo y energía en cosas que muy pronto se irán, sin recompensa permanente. ¡La persona que busca vaciar el Infierno de sus posibles habitantes, es el que va a ser grande en el mundo venidero!
¡El ganador de almas, que da su tiempo, energía, dinero y oraciones para mantener personas fuera del Infierno, es sabio! ¡Y qué bendita será su recompensa! Él resplandecerá como el resplandor del firmamento. “Los que enseñan la justicia a la multitud [resplandecerán] como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).

Del avivamiento, el precio por almas, 
   Las largas vigilias, el llanto, el dolor; 
Rogando al impío a quien no conoces, 
   El pago es la siega eternal. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 

Tesoros mundanos, son vanos, se pierden, 
   Se van como niebla y marchitanse; 
Más almas ganadas con ruego y llanto 
   Quedarán en la siega eternal. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 

Llegando a la siega con heno, hojarasca, 
   Cuan triste será en el juicio allá, 
Sin nadie ganado al Señor Jesucristo 
   Que mostrar en la siega eternal. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 

Los sabios resplandecerán como en el cielo 
   ¡El día del pago, al que almas ganó! 
Los que la multitud a Jesús llevaron 
   Como estrellas siempre brillarán. 
¡Cosecha, celestial cosecha! 
   Por almas ganadas aquí. 
(Traducción de “The Price of Revival” por Dr. John R. Rice, 1895-1980).
Usado con permiso

Comentarios