CONSAGRADO A UNA PERSONA




por Oswald Chambers


La visión que tuvo Pablo en el camino a Damasco no fue una emoción pasajera, sino una visión que tenía direcciones muy claras y enfáticas para él, y dice: “No fui rebelde a la visión celestial”. El Señor le dijo, en realidad, a Pablo: “Toda tu vida será dominada por Mí; no tendrás ningún fin, ninguna meta, ningún propósito sino el mío”. “Instrumento escogido me es éste”.
Cuando somos nacidos de nuevo, si en realidad somos espirituales, todos tenemos visiones de lo que Dios quiere que seamos, y la gran cosa es aprender a no ser desobedientes a la visión; no decir que no puede ser alcanzada. No es suficiente saber que Dios ha redimido al mundo, y saber que el Espíritu Santo puede hacer todo lo que Jesús hizo efectivo en mí; debo tener la base de una relación personal con Él. A Pablo no se le dio un mensaje o una doctrina para que la proclamara; se le introdujo en una relación personal viva y dominante, “ponerte por ministro y testigo” (Hech.26:16). No hay nada allí fuera de la relación personal. Pablo estaba consagrado a una Persona, no a una causa. Pertenecía absolutamente a Jesucristo, y no veía otra cosa; no vivía otra cosa más. “No me propuse saber algo entre vosotros, sino a Jesucristo, y a éste crucificado”.

Comentarios