por David Ringer
Después de completar
una traducción de la Biblia en Papúa-Nueva Guinea, Namsoo y Duckshin Kim se
disponen a continuar trabajando en otras tres traducciones.
Al estar con las
cabezas inclinadas y los ojos cerrados, nadie vio a las lagartijas que se peleaban en el techo de la habitación directamente encima de la mesa. Nadie vio caer la cola de uno de
los pequeños reptiles justamente dentro del tazón de fideos. Pero cuando la
familia abrió los ojos, todos vieron una cola desmembrada que se retorcía en
medio de su cena.
Se suponía que iba a
ser una comida especial, preparada con ingredientes difíciles de conseguir,
para recordarle a la familia Kim —a Namsoo, a su mujer Duckshin, y a sus hijas
Heeran y Hanna—cómo era la vida en su hogar cuando vivían en Corea del Sur.
"Las chicas
habrían llorado si yo hubiese decidido tirar la comida a la basura,"
recuerda Duckshin.
Así que ella decidió
hacer la única cosa sensata que se le ocurrió—metió un cucharón en el tazón,
sacó la cola de la lagartija y procedió a servir la deliciosa comida.
Adaptarse a la vida en
Papúa-Nueva Guinea, en una costa meridional caliente y seca a más de 5.000 Km.
de su patria asiática, no siempre fue fácil para esta familia que sirve en la
traducción de la Biblia. Para llegar a aclimatarse fue de ayuda un pasado que
hacía arder a los Kim en un compromiso profundamente arraigado de servir a un
grupo étnico que carecía de la Biblia, para que pudieran contar con la Palabra
de Dios.
De 1910 a 1945, las
fuerzas japonesas ocuparon y gobernaron la península coreana. Durante ese
período, las autoridades japonesas procuraron erradicar la cultura coreana, su
historia y su idioma. A la Biblia en coreano, traducida a fines del siglo XIX,
se le considera el factor principal de la expansión de la iglesia coreana y la
razón de la supervivencia del idioma y espíritu coreanos durante ese período de
dominación extranjera y severa persecución.
Gran Significado
Personal
Habiendo crecido en la
generación posterior a la ocupación japonesa, Namsoo y Duckshin aprendieron la
importancia de las Escrituras en coreano para la iglesia coreana y su cultura.
Por encima de todo ello, la Biblia cobró un gran significado personal para cada
uno de ellos.
Cuando niña, Duckshin
leía la Biblia con frecuencia —ella amaba los Salmos en particular— y recuerda
haber tomado la decisión de seguir a Cristo en base a la lectura de las
Escrituras. Ella cita Juan 11:25 como un versículo importante en su decisión:
"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá”.
A comienzos de los
años setenta, el evangelista norteamericano Billy Graham predicó a multitudes
de hasta un millón de personas durante una cruzada en Corea del Sur. Ninguno de
los dos se conocía, pero ambos, Duckshin, que era entonces una joven mujer, y
Namsoo Kim asistieron a esa cruzada y consagraron sus vidas al servicio
misionero ese día.
La pareja finalmente
se conoció, se casaron y comenzaron a prepararse para salir al extranjero como
misioneros. En un grupo estudiantil vieron un vídeo acerca de la traducción de
la Biblia en Papúa-Nueva Guinea, y se enteraron de que cientos de lenguas en
PNG carecían de la Biblia.
"Yo pensaba que
todos tenían la Biblia", recuerda Duckshin. Ella y Namsoo se preguntaban
cómo alguien podría ser cristiano sin las Escrituras.
La Biblia era tan
importante para ellos como cristianos y como coreanos que Namsoo y Duckshin
"no dudaron" acerca de su llamado a participar en la traducción de la
Biblia.
Los Kim fueron una de
las primeras pocas familias en un movimiento que finalmente llegó a ser
conocido como Traductores Globales de la Biblia (GBT), que es la organización
surcoreana de Wycliffe. Hoy, GBT tiene docenas de equipos de traducción que
sirven alrededor del mundo.
No exactamente Blancos
o Marrones
La familia Kim llegó a Papúa-Nueva Guinea en 1987, y comenzaron a trabajar en medio de la etnia waima cerca de Puerto Moresby, la capital de PNG. Esta pareja se puede reír ahora al recordar algunas de las luchas que enfrentaron en los primeros días—luchas que fueron mucho más profundas que encontrar colas de lagartijas en su comida.
La familia Kim llegó a Papúa-Nueva Guinea en 1987, y comenzaron a trabajar en medio de la etnia waima cerca de Puerto Moresby, la capital de PNG. Esta pareja se puede reír ahora al recordar algunas de las luchas que enfrentaron en los primeros días—luchas que fueron mucho más profundas que encontrar colas de lagartijas en su comida.
Por ejemplo, cuando
ellos recién llegaron a la aldea de Ere’ere, donde prevalecía la creencia de
que la gente blanca eran espíritus ancestrales que habían regresado de entre
los muertos. Pero según nos explican los Kim ellos no eran exactamente blancos
y tampoco marrones, para consternación de algunos de los aldeanos. Con el tiempo,
la familia fue adoptada en el sistema familiar waima y recibieron nombres
waima.
Namsoo y Duckshin
pasaron muchos años trabajando con pastores y otros líderes para traducir
partes del Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento, que completaron en 2003.
Ellos también ayudaron
a los waima a establecer su propia emisora de radio que, a través de la energía
producida por tres paneles solares y un pequeño molino de viento, alcanza a
casi 20.000 personas con música cristiana en muchas lenguas y porciones de la
Biblia leída en waima.
Algunos de los
traductores waima continúan trabajando en el Antiguo Testamento. Ellos quieren
tener la Biblia completa en su propia lengua.
Doble Amor
Los Kim han alcanzado
esa etapa de la vida y ministerio en la cual muchas parejas estarían
considerando volver a casa. La iglesia waima es capaz y tiene pasión por
continuar con la traducción de la Biblia y ministerios relacionados. Y las
hijas de la pareja ya son adultas y se marcharon.
Pero al seguir
ardiendo en ellos el mismo amor por las personas y por la Palabra que los trajo
a PNG hace 20 años, esta pareja ha decidido permanecer en PNG y emprender un
nuevo proyecto. Ellos han comenzado a trabajar, no con una nueva lengua sino
con tres, todas relacionadas al waima: nara, gabadi y doura.
Debido a que estas
comunidades están ubicadas bastante cerca de la capital, hay mucha gente local
culta e influyente que puede participar en el trabajo de traducción. Uno de
ellos es Peter Baki, que es un nara hablante.
Desde niño, Peter Baki
que creció en las secas colinas cubiertas de eucaliptos, aprendió a valorar la
educación. Cuando terminó su educación secundaria, Peter decidió estudiar la
carrera de maestro. Después de enseñar durante algunos años, pasó a ser el
director de la escuela, luego inspector de educación, y en 1997, fue designado
ministro de educación de PNG.
Fue durante su
desempeño de ocho años en dicho cargo, que Peter conoció a John Hobson. John,
es miembro de Wycliffe en Australia, y desarrolló una relación de amistad con
Peter y le dio una copia de la Biblia. Cuando estos hombres llegaron a
conocerse mejor, John animó a Peter a que empezara a traducir la Biblia para su
propia gente.
Peter aceptó. Con el
paso de los años dice que se dio cuenta de que la educación por sí sola no es
la respuesta que la gente necesita.
"Yo me di cuenta
de que Dios conoce tu lengua, y que Dios quiere que tú hables con él en tu
propia lengua", dice él. "Dios no es un Dios extranjero y
ajeno".
Adaptándolo
John hizo que Peter
conociera una herramienta de software llamada “Adáptalo”. El programa ayuda a
que individuos que son bilingües en lenguas relacionadas puedan adaptar el
texto de una lengua a la otra. Peter domina con soltura tanto el nara como el
waima, así que pudo hacer una adaptación del Nuevo Testamento en waima al nara
en menos de dos años.
Desde luego que los
borradores producidos con la ayuda de “Adáptalo” distan mucho de ser perfectos,
así que el próximo paso es hacer una serie de verificaciones de precisión y
comprensión con la comunidad nara y con consultores de traducción
experimentados.
A mediados de 2007,
los Kim hicieron algunas verificaciones con hablantes nara. "La adaptación
de Peter es de bastante buena calidad”, informaron ellos. "La gente se
sintió muy satisfecha por ello".
Ahora un equipo de
traductores nara siguen haciendo los chequeos y revisiones.
Mientras tanto, los
Kim también han trabajado con hablantes gabadi para empezar un proyecto de
adaptación semejante. Los libros de Marcos y Mateo ya están en su segundo
borrador. Ellos planean reunirse con líderes de la comunidad doura lo más
pronto posible, esperando poner en marcha una tercera adaptación.
Cada una de las dos
etnias, doura y gabadi, ya tienen escogidos dos hombres jóvenes para tomar parte
en el programa de capacitación STEP, que los preparará para coordinar programas
de alfabetización para sus pueblos.
Hace años, los Kim
llegaron a Papúa Nueva Guinea cuando sus corazones fueron tocados por la
tremenda necesidad de la Biblia que había allí.
Hoy, la necesidad
sigue siendo todavía muy grande, y los Kim no tienen planeado marcharse en un
futuro cercano.
Artículo tomado de Word Alive, revista de Wycliffe
Bible Translators of Canada. Traducido por María del Carmen Franchy
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