Durante el período de la colonia la presencia de
las Sagradas Escrituras en Costa Rica fue muy escasa y solo de dominio del
clero.
Fue en 1843 que llegó a nuestras costas el barco
inglés Monarch capitaneado por William Le-Lacheur, este barco llevó por primera
vez nuestro café a Europa, y por su conducto la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera envió los primeros ejemplares de la Biblia y del Nuevo Testamento a
nuestro joven país. Se tienen registros de que el Capitán Le-Lacheur distribuyó
500 Biblias y 4000 Nuevos Testamentos entre 1846 y 1848. En 1849 el Capitán
Le-Lacheur obsequió una Biblia al Dr. José María Castro Madriz, entonces
Presidente de Costa Rica.
En 1892, visitó por primera vez nuestro país,
Francisco Penzotti, enviado por la Sociedad Bíblica Americana. Desde entonces
la distribución de las Escrituras se empezó a realizar en forma constante
siendo apoyada por diferentes organizaciones misioneras.
En Costa Rica se tuvo primero un depósito de
Biblias a cargo de Don Nautilio Valverde y en 1967 se organizó la Oficina
Nacional de la Sociedad Bíblica bajo la dirección de Don José A. Morales. Desde
entonces se trabajó con un comité consultivo que logró, en 1977, inscribir
legalmente la Asociación Bíblica de Costa Rica, conocida como Sociedad
Bíblica.
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