Hombres que oran son los líderes más poderosos de Dios



Por E. M. Bounds
    La oración es el agente más poderoso para el avance de la obra del Señor. Sólo los corazones y las manos que oran pueden hacer la obra de Dios. La oración tiene éxito cuando todos los otros recursos fallan. Además ha ganado grandes victorias, y ha rescatado, con notable triunfo, a los santos de Dios cuando toda otra esperanza se había desvanecido. Los hombres que saben cómo orar son la dádiva más grande que Dios puede darle a la tierra y el regalo más rico que la tierra le puede ofrecer al cielo. Los hombres que saben cómo usar esta arma de la oración son los mejores soldados de Dios y Sus líderes más poderosos.
    Los hombres de oración son los verdaderos dirigentes escogidos por Dios. La distinción entre los líderes que Dios trae al frente para guiar y bendecir a su gente, y aquellos líderes que deben su posición al liderazgo, a una selección egoísta y mundana, es ésta: los líderes de Dios son ante todo hombres prominentes de oración. Esto los distingue con la autenticidad divina de su llamado, el sello de su separación para Dios. Cualquiera otra gracia o dones que puedan tener, el don de la gracia de la oración se levanta por sobre todos los demás, aquellos que son únicos en el don de la oración.
    ¿Qué serían los líderes de Dios sin la oración? Despojad a Moisés de su poder en la oración, un don que le dio eminencia aun ante los paganos, y la corona sería quitada de sobre su cabeza, el nutrimiento y el fuego de su fe hubieran desaparecido. Elías, sin sus oraciones no podría haber tenido su nombre registrado en los anales de la Sagrada Escritura; su vida hubiera sido insípida y cobarde, y su energía y desafío hubieran desaparecido. Sin la oración de Elías el Jordán nunca se hubiera rendido al golpe de su manto, ni hubiera sido honrado con la carroza y caballos de fuego.
    El argumento que usó Dios para calmar los temores y convencer a Ananías de la condición de Pablo y de la sinceridad de su combinada actitud fue la frase «Porque he aquí, él ora.» Esto era el epitome de la historia de Pablo. Pablo, Lutero, Wesley, ¿cuál de estos escogidos de Dios hubiera podido subsistir sin el distintivo y precioso elemento de la oración? Fueron líderes para Dios porque supieron ser poderosos en la oración. No fueron líderes debido a la brillantez de sus pensamientos, por tener a mano muchos recursos, o por su magnífica cultura, sino porque por el poder de la oración ellos podían disponer del poder de Dios. Los hombres de oración son mucho más importantes que los hombres que oran a la ligera; y mucho más que aquellos que oran como un simple hábito. Hombres de oración significa hombres para los cuales la oración es un arma y una fuerza poderosísima, una energía que mueve los cielos y derrama ricos tesoros de bien sobre la tierra.

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