Susana
Wesley (1669-1742)
“¡Oh Señor!, ¿cómo podríamos
soportar las preocupaciones y afanes de la vida, si no fuera por la
reconfortante quietud que recupera nuestras fuerzas el día de descanso que Tú
has previsto para nosotros? Gracias a Ti y a Tu eterna bondad que estableciste
el día domingo para que hagamos una parada en las tareas diarias de la semana y
para que descansemos de nuestros trabajos. Señor, nos es difícil reconocer que
es tu día y cuesta que nos alejemos de lo corriente y de las preocupaciones
cotidianas, así como de los atractivos y frivolidades con que el mundo nos
reclama y nos distrae del correcto uso de este día bendito cuya llegada siempre
esperamos ansiosamente.
¡Cuántas
disculpas e intereses vanos y mezquinos nos alejan de Ti en tu santo día!...
Comidas, juegos, paseos, tareas informales, visitas, conversaciones y trabajos
diversos e innecesarios llenan nuestro tiempo y distraen nuestro pensamiento,
impidiendo que lo consagremos como debíamos a Ti y a Tu causa. ¡Señor, perdona
nuestra falta de reconocimiento acerca de tu santo día y nuestra indiferencia
ante los valores espirituales que nos reportaría a consagrarlo debidamente a Ti
y Tu obra, con celo y ardor creciente!
Te
pedimos que nos inspires un santo amor por tus cosas y por aquellos cimientos
de la fe, tan insustituibles, que pusiste a nuestra disposición. Que podamos
consagrar tu santo día descansando de los trabajos de la semana, compartiendo
con la familia, meditando en tu Palabra, orando y loando tu Santo nombre y
adorándote con todo el corazón para que podamos crecer en amor y piedad. Todo
esto Te suplicamos en el sagrado nombre de Tu Hijo, nuestro Señor y Salvador,
Jesucristo. Amén.”
Traducido
por Wiarly Muñoz G.
25 de
enero de 2013
Para leer la biografía de Susana Wesley
http://libreriavozqueclama.blogspot.com/2009/04/susana-wesley.html
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