¿QUÉ SIGNIFICA EL DÍA DEL JUICIO PARA LOS VERDADEROS HIJOS DE DIOS?


David Wilkerson
Lo primero que hará el Juez será separar sus ovejas de entre las cabras. Él no permitirá que sus justos estén contados entre los pecadores, en lugar de eso, llamará a Sus ángeles para que reúnan su manada a Su mano derecha :  “ Y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” [Mateo 25:32-34] La Biblia es muy clara cuando dice que aquellos que permanecen en Cristo y esperan su venida, tendrán valor y confianza en ese día: “Y ahora, hijitos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en Su venida no nos alejemos de Él avergonzados” [1ª. Juan 2:28]. “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del Juicio; pues como Él es, así somos nosotros en este mundo”. [1ª. Juan 4:17] ¿Cómo puede alguien tener tal gozo y confianza en el Día del Juicio? La respuesta es sencilla: porque el Hijo de Dios conoce al Juez como: Su amigo, hermano, redentor, Señor, abogado, intercesor, el amor de su corazón, su vida misma. Hay una prueba que le mostrará si está usted o no preparado para ir al Juicio como oveja del Señor: con gozo, valor y confianza. La Biblia dice: “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados” [1ª. Corintios 11:31]
¿Está usted dispuesto a juzgarse a usted mismo? Si lo está, hágase estas tres preguntas:
1. - ¿Desea usted, y espera la venida del Señor? ¿Está usted deseoso de su venida? ¿Está usted soñando con el día que Él aparecerá? “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” [Tito 2:13] “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida” [2ª. Timoteo 4:8]  Este mundo no es nuestro hogar. Pero yo le pregunto: ¿Está usted echando raíces en este mundo?, ¿Está usted arrancando las raíces en este mundo? o ¿Está usted arrancando las raíces orando: “Jesús mantén mi corazón despierto”? “Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios... Por lo cual, oh amados, estando en espera de éstas cosas, procurad con diligencia ser hallados por Él sin mancha e irreprensibles, en paz.” (2ª. Pedro 3:12,14). Jesús dijo: “Negociad entre tanto que vengo.” (Lucas 19:13). Todos debemos de continuar con nuestra vida diaria y nuestro trabajo. Pero en cada momento de nuestro día, nuestros corazones deben de clamar, “Sí, ven, Señor Jesús.” [Apocalipsis 22:20]
2. - ¿Son sus enemigos los enemigos de Dios? ¿Está usted en la batalla contra los que se oponen a Dios? ¿Ha hecho suya la batalla de Él en contra de la carne, el mundo y el diablo? o ¿Ha dejado usted la batalla en las manos de otros miembros del cuerpo de Cristo? Si usted se va a parar ante el mundo y juzgar a los enemigos de Dios el Día del Juicio, usted tiene que hacerlos sus enemigos ahora. David dijo: “¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra Tus enemigos? Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos.” [Salmo 139:21-22] Sí, Jesús dijo que debíamos de amar a nuestros enemigos. Pero, ¿Qué de sus enemigos, esos que le odian, rehúsan su gracia y misericordia, y difaman su nombre y lo arrastran por el lodo? Nosotros no debemos odiar a los hombres, sino que debemos aborrecer el pecado que está en sus corazones y los poderes demoníacos que los gobiernan. Debemos odiar la maldad que hay en el mundo. Sin embargo, dice usted en su corazón: “Este mundo siempre ha sido malvado, y cada día se pondrá peor, ¿Yo que puedo hacer? Por lo menos mantendré limpios mis vestidos ante Dios.” ¡No! No es así, todos estamos en la batalla. Las puertas del infierno vienen en contra de la Iglesia de Jesucristo en estos últimos días como nunca antes. Usted no puede permanecer neutral. Dios está llamando: “¿Quién se levantará por Mí contra los malignos?” [Salmo 94:16] Cuando venga el Día del Juicio, yo quiero decir con Pablo: “He peleado la buena batalla”.  [2ª. Timoteo 4:7] Quiero recibir a Jesucristo luchando, de rodillas, lleno de aborrecimiento hacia el pecado en mi vida y en el mundo.
3.- ¿Ha dejado usted de congregarse con los que de corazón limpio invocan a Dios? “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” [Hebreos 10:25] No es casualidad que el versículo que sigue habla de “pecar voluntariamente” después que la verdad ha sido revelado. Realmente, es un hecho históricamente comprobado, que las personas se vuelven más descuidadas justo antes del Juicio y la calamidad. Siempre, antes que cualquier sociedad se saliera de control, sus habitantes andaban en todo, menos en Dios. Haciendo dinero, detrás del placer, de su seguridad, de sus metas personales, etc., y en los últimos momentos las cosas se tornaban peores. Los creyentes abandonaban las reuniones de adoración. El Apóstol, nos advierte, que ahora que el día está cercano, no dejemos de congregarnos, sino que es el tiempo de buscar a Dios más intensamente, y de unir nuestras fuerzas con los verdaderos vencedores. Si su iglesia es la reunión del domingo, un Programa de Televisión, de Radio, o una reunión social, entonces amado, usted no se está congregando con los creyentes. Usted no está recibiendo o dando ánimo, como Dios nos ordena. ¿Qué es el Juicio, sino la última congregación de Su rebaño? ¿Estará usted allí voluntariamente con esperanza y con gozo? El Juez conoce a aquellos que le aman y que aman a su cuerpo, de modo que no pueden permanecer lejos de sus hermanos. Yo le advierto. Los libros serán abiertos ese día y el Juez está tomando notas de todo en estos instantes.
¿PASO USTED EL EXAMEN?
Si usted sabe en su corazón que no está listo para estar parado ante Jesús (y ese momento no se tarda), entonces tendrá que dar cuenta por esto que ha leído hoy. Este mensaje es suficiente para condenarlo eternamente al infierno. Si lo rechaza, será testigo en su contra en el Día del juicio. ¿Es más importante para usted su trabajo, sus posesiones, o aun su ministerio, que las cosas de Dios? ¿Ha descuidado a su familia? ¿Está usted satisfecho porque va a la Iglesia cada domingo y dice en su corazón: “Yo he hecho mi parte para con Dios”? La PALABRA del Señor es bastante clara.
ESO NO ES SUFICIENTE

Si usted se ha juzgado y se ha hallado falto, debe meditar en sus caminos ahora que hay tiempo: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.” [Isaías 55:6-7].

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