Por Fénelon
De veras que siento los problemas que te acaecen, pero sé que Dios obra a tu favor. ¡Acuérdate que Dios te ama y que por tanto no
te dará el indulto! Él deja caer sobre ti la cruz de Jesucristo. Sea cual sea
la revelación que recibas y cualquier experiencia emocional que tengas, no
tiene valor alguno a menos que hayan de guiarte a la muy real y constante
práctica de morir a tu propia naturaleza. Por desgracia, no puedes morir sin
sufrimiento, ni puede decirse que hayas muerto del todo si parte de ti sigue
viva. La muerte que Dios trae a ti va a horadar muy adentro. Alma y espíritu se
dividirán. Él ve en ti todo lo que tú no puedes ver. Sabe exactamente dónde han
de tocar los golpes mortales. Se dirige directamente hacia aquello que estás
dispuesto a entregar con mayor desgana. Sólo se siente dolor donde hay vida. Y
en esta situación, la vida es precisamente el lugar donde se requiere la
muerte. Tu Padre no pierde el tiempo en cortar lo que ya está muerto. Si
quisiera que quedaras como estás, ciertamente así haría. Persigue Él la destrucción
de tu vieja naturaleza. Sólo puede hacer esto abriéndose paso hacia lo que está
vivo. No esperes que sólo ataque a esos deseos obviamente pecaminosos a los que
renunciaste para siempre cuando te entregaste a Él. Más bien puede que te
pruebe llevándose el maravilloso sentimiento de libertad que sientes, o
quitándote lo que ahora te ofrece alivio espiritual. ¿Resistirás? ¡No!
¡Permítelo todo! Ofrécete como voluntario de tu propia muerte, pues Dios sólo
llevará a cabo su obra en la medida que se lo permitas. No empujes a un lado el
progreso que Dios quiere hacer en tu vida. Ofrece de buen agrado todo de lo que
ahora dependes al buen placer de Dios. Entrega también las cosas espirituales
cuando Él te las requiera. ¿Qué temes, tú de poca fe? ¿Tienes miedo de que Él
no sea capaz de darte su fuerza cuando te quite la tuya? ¿Por qué se la lleva?
Sólo con el fin de que Él sea tú sustento. La lección puede ser dolorosa, pero
Él desea purificarte. Me doy cuenta de que todos los medios naturales de socorro
se cierran. Dios tiene la intención de llevar a cabo Su obra en ti cortando
todo recurso humano. Es un Dios celoso.
Quiere que veas que lo que se ha propuesto en tu interior sólo Él lo puede
hacer. Estas palabras tienen el sentido de “purificación”, pues al hermano
Pablo ya le fue revelado por el Señor Jesucristo que nuestro viejo hombre ya
había sido crucificado juntamente con Cristo, y ya no, sino CRISTO VIVE en mí.
Ríndete a Sus designios. Déjate guiar por donde Él quiera llevarte. Ten cuidado
cuando busques la ayuda de personas cuando Dios no quiere que lo hagas.
Recuerda que sólo pueden ofrecerte lo que Él mismo les ofrece para ti. ¿Por qué
debería preocuparte ya no poder beber del grifo? ¡Ahora estás siendo guiado a
beber del manantial que siempre mana!
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