Hace
algunas semanas he estado viviendo algunas situaciones que me hacen meditar en
lo que es el cristiano en este tiempo del fin, considerar como las personas que
son cristianas, no viven de acuerdo a las escrituras, ni intentan siquiera
agradar al Señor, sino más bien tratan de ganar para sus propios intereses,
sumando más y más bienes, más y más beneficios para su vida, me pregunto dónde
están aquellos hombres y mujeres que aman la cruz, que entienden la abnegación
y se dan en favor de los otros, me pregunto porque solo piensan en
enriquecerse, en obtener y no saben lo que es dar, no entienden el concepto de
que es mejor dar que recibir, que triste que tengan valores similares al mundo,
y solo piensen en recibir, solo piden, piden, piden… piden bendiciones, milagros , sanidades, recursos,
dinero, etc., pero cuan poco dan, no dan nada, no dan oraciones, no dan
humillación, no dan cambios en su vida, no dan arrepentimiento, no dan mejoras
en su vida espiritual, no crecen, son como niños mimados exigiendo, y
exigiendo, no dando nada para Dios, donde están aquellos que piensan en traer
bendición a otros, mayormente a los de la fe, cuando la Escritura enseña que
debemos preferirnos, amarnos, darnos aún más que a nosotros mismos. Y cuan poco
sabemos de dar gracias, somos malagradecidos, no tenemos palabras de gratitud
para el prójimo, mucho menos agradecemos a Dios por todos sus beneficios y como
nos enseñaron que Dios no pide nada, le damos lo peor, el tiempo que nos sobra,
la moneda que nos queda, la adoración con bostezo, la palabra que no
soportamos, nos olvidamos que es una persona, que ve todos nuestros desaires y
desamores, que Dios nos ayude.
¡Qué materialistas somos, cuán interesados, ávaros y codiciosos nos hemos vuelto los
cristianos! solo trabajamos para tener un mejor estatus, para tener una mejor
calidad de vida, unas mejores vacaciones, aumentar nuestros bienes y riquezas,
disfrutar la vida, se ha transformado en una máxima que llegue el fin de semana
para disfrutar de nuestro estilo de vida tan cansado que vivimos, vivimos para
trabajar, no trabajamos para vivir, y ni pensar en lo que Espíritu Santo dijo,
“teniendo sustento y abrigo estemos contentos”, ni imaginable en nuestras
mentes egoístas, entonces solo pensamos en que llegue el fin de semana para
tener nuestro derecho a disfrutar de la vida, total me he desgastado estudiando
y trabajando, me merezco esto ; sin embargo donde están los que aman los atrios
de Dios, donde están los que dan de lo suyo y aún más para alcanzar a los
perdidos, cuantos dan de sus bolsillos y de sus bolsas llenas de dinero, para
los misioneros en necesidad, y los hermanos perseguidos, y ¿qué de las viudas,
y de los ancianos y de los niños que viven en escasez, donde están los que se
niegan a placeres mundanales para la extensión del reino? Que el Señor
quebrante nuestros corazones, no viviremos tiempos mejores y la apostasía está
en medio nuestro, no sigamos exigiendo derechos, seamos de los que ceden sus
derechos…no seamos hipócritas y damos de lo que nos sobra, que Dios nos ayude a
vivir en estos tiempos discerniendo su voz, cuan pocos saben del
quebrantamiento del corazón de Dios, cuan pocos saben del dolor de su corazón,
el Señor está buscando hombres de otra clase, hombres y mujeres que marquen la
diferencia, que paguen el precio, no aquellos que descansan o anhelan descansar
en camas de marfil, y en medio de sedas, Dios está buscando hombres que se
gasten, que den lo suyo, que den lo máximo para agradar su corazón. Dios nos
ayude, a no buscar y correr por lo que el mundo corre. ¡Rescátanos, oh Dios de
nuestro mundo horripilante y enséñanos a caminar en lo eterno, coloca eternidad
en nuestros corazones…cámbianos oh Señor, no nos dejes seguir viviendo así…
por Wiarly
Muñoz…11 de marzo de 2016
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