“Dije yo en mi corazón”—las palabras de
Salomón en Eclesiastés 2 me hacen recordar a aquel hombre que trabajó para
juntar muchos bienes y luego se dijo a si mismo... “y diré a mi alma: Alma,
muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe,
regocíjate” Lucas 12:19.
Meditaba en que éste es el fin de muchos
cristianos en la actualidad, trabajar, trabajar y trabajar para algún día
lograr descansar como dice el verso repósate, (y no digo que trabajar sea
malo), para algún día de sus vidas lograr el disfrute de todas aquellas cosas
que han adquirido, disfrutar con amigos comida y bebida y aun buscamos todas
aquellas cosas para ser felices, para gozarnos con el fruto de nuestro trabajo…
Salomón buscó llenar su corazón de
alegría, de bienes, de jardines, de huertos, de amontonar bienes, oro y plata,
y muchos tesoros, más Salomón descubrió
que todo esto es vanidad, que todas aquellas cosas no llenaron su corazón, y
nunca llenaran nuestro corazón; muchos inclusive trabajan de esta manera y
viven de esta manera, amasan riquezas y fortunas, se llenan de bienes y otros
los disfrutan porque luego vienen las enfermedades y la muerte y no alcanzan a
disfrutar nada de todo aquello, que Dios nos ayude a nosotros a buscar los
mejores bienes, aquellos que no nos serán quitados, la mejor parte como María,
Dios nos ayude a buscar en lo eterno, para que sea hallado algo de eternidad en
nuestros corazones en el tiempo del fin…
Dios nos ayude para no correr en pos de
otros amores, sino busquemos solo al que puede saciar nuestro corazón.
Por Wiarly Muñoz 24 de marzo de 2016
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