¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Génesis 13:9, 10.
Dios llama a Abram a salir de su casa y su sobrino Lot va con él, pues su padre Harán hermano de Abram murió joven y Lot fue criado por toda la familia de Taré.
Tenían tantas posesiones económicas, mucha plata, oro y mucho ganado que sus pastores tuvieron altercados. Y tienen una conversación en donde deciden separarse. Y Abram deja escoger a Lot su sobrino, él escoge un lugar de pastos verdes, rica vegetación y con mucha agua, el único inconveniente es que esa tierra estaba cerca de Sodoma, y los hombres de Sodoma eran perversos, pecadores delante de Dios.
Sin embargo, eso no trae ninguna preocupación para Lot y escoge de acuerdo a la vista de sus ojos, eligió por vista no por fe, no pidió el consejo de Dios para evitar cometer errores. Lot miró las cosas terrenales y no las eternas. Pensó en la ganancia terrenal y no en su alma, consideró solo lo que podía ayudarlo en esta vida. Tal vez una posición económica mejor, no dejar su estatus o su nivel.
¿Cuantos en este tiempo caminamos por vista y por lo que está delante de nuestros ojos?
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. 1 Juan 2:16
No debe ser así, debemos andar por fe, viendo las cosas que no se ven porque son eternas. (Porque por fe andamos, no por vista). 2 Corintios 5:7
Sin embargo, este justo Lot afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos. 2 Pedro 2:7. Se angustiaba su alma, Se torturaba su alma con los hechos inicuos de ellos, él estaba entristecido. Como David que decía: “Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban tu ley”. Salmos 119:136 y como Pablo: “tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne”. Romanos 9:3.
¿Cómo está nuestra vida, cómo elegimos lugar donde vivir, dónde estudiar o dónde trabajar? ¿Será que escogemos de acuerdo a nuestros ojos? ¿Lo que vamos a ganar o tener? A lo mejor vivimos agobiados y angustiados llenos de temor, llenos de problemas y no sabemos porque, tal vez somos afligidos por los que nos rodean, tal vez esas personas causan aflicción en nuestro corazón, tal vez llevamos el peso del pecado que nos asedia, o nos afecta ver la iniquidad que nos rodea. Pleitos, borracheras, idolatría, hechicerías, enemistades, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, etc. Gálatas 5:20-21. Todo eso por doquier. Si el lugar donde vivimos o donde trabajamos trae angustia a nuestro corazón, será necesario considerar si antes de llegar allí consultamos con el Señor o solo nos hemos dejado llevar por la vista de nuestros ojos. ¿Quizás estamos fuera del centro de su voluntad? Es tiempo de volver, humillarnos y consultar con nuestro Amado Salvador, si el lugar donde estamos es el correcto, o erramos al decidir. Nuestras decisiones muchas veces equivocadas nos hacen sufrir consecuencias.
Señor ayúdanos a discernir si nos hemos equivocado y ayúdanos a regresar al mejor lugar del mundo: el centro de tu voluntad. El mejor lugar, ese lugar donde estamos seguros y guardados, en el hueco de tu mano. Y perdónanos por nuestras malas decisiones, aquellas que no consultamos contigo en el lugar secreto. En Cristo Jesús, amén.
Por Wiarly Muñoz G.
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