AMIGOS ÍNTIMOS

La sinceridad de Dios se manifiesta al abrir su corazón a su pueblo 

Un amigo distante y reservado no es fácil de comprender; por tanto, resulta difícil confiar en él. Pero aquel que tiene una ventana de cristal en el corazón, por la cual su amigo puede leer cada pensamiento claramente, es libre de la menor sospecha de infidelidad. Así es Dios de abierto con sus hijos. “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen” (Sal. 25:14). 

El Espíritu Santo es la llave que Dios nos ha dado para entrar en su mismo corazón y conocer sus pensamientos para con nosotros, desde antes de la fundación del mundo. 

Este Espíritu conoce “lo profundo de Dios” (1 Cor 2:10), y ha publicado en la Palabra la sustancia de los propósitos de amor que han circulado entre la Trinidad para nuestra salvación. 

Para asegurar que nuestra satisfacción sea completa, Dios ha designado a este mismo Espíritu Santo para morar en sus hijos. Cada vez que Cristo le presenta nuestros deseos en el Cielo, él interpreta sus  pensamientos según la Palabra que nos ha sido dada. Esta Palabra refleja el corazón de Dios “como en el agua el rostro corresponde al rostro” (Pro 27:19).

De forma trascendente Dios tiene con su pueblo la misma franqueza de corazón que existe entre los amigos íntimos. Si se acerca un peligro, no lo esconderá. 

David dice que las palabras de Dios amonestan a sus siervos (Sal 19:11). Dios envía un mensajero que suene la alarma para sus hijos, tanto si la causa del peligro es un enemigo como si se trata de su pecado personal.

Ezequías corría peligro por su orgullo interior. Dios le envió una tentación a fin de revelar lo que había en su corazón. Había caído una vez y Dios no quería que le volviera a pasar. Él siempre habla primero a su pueblo de lo que le desagrada, y luego lo corrige por ello, pero no le guarda rencor.

Aun cuando el Padre ha de afligir a sus hijos, de tanto que los ama no los puede dejar totalmente desapercibidos de ese amor suyo que los librará. Para consolarlos en la cárcel les abre antes su corazón, tal como leemos acerca de la Iglesia judía en Egipto y la Iglesia cristiana bajo el anticristo. Antes de estos sufrimientos, Dios ya había prometido la liberación.

Mientras Jesús estaba en la tierra explicó francamente a sus discípulos los problemas que les esperaban; pero no calló la bendita conclusión: volvería a ellos. ¿Por qué? Para confirmar su integridad para con ellos: “Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho” (Jua 14:2). Cuando Dios tiene que ocultar temporalmente la verdad a sus hijos, es porque no podrían soportarla en ese momento. 

Cristiano, esta visión de la fidelidad y sencillez del corazón de Dios, ¿no hace que desees abrirte más a él? 

Él te revela sus pensamientos, ¿por qué le ocultas entonces tus secretos? 

Aquel que comparte las fuentes más íntimas de su amor y misericordia espera la confianza de su pueblo.

Por William Gurnall


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