El agua va menguando en mi cisterna; no ha caído agua suficiente para llenarla. ¿Qué haré? Dejaré abierta la válvula para que el agua corra libremente y riegue las plantas que se marchitan mi alrededor.
Más, ¿Qué veo? Mi cisterna se llena a medida que el agua va saliendo; brota un secreto manantial.
Mientras el agua estaba detenida, el manantial dejaba de manar; mas cuando sale para regar las almas, el Señor piensa en mí. ¡Aleluya!
Por Charles Spurgeon
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