EL CANTO PERDIDO


Un señor que tenía un canario que cantaba muy bien, cuando llegó la primavera pensó que el pobre pajarito necesitaba más aire y sol, así que lo sacó al jardín, colgando la jaula en un árbol. Pronto rodearon la jaula bandadas de gorriones, y el canario comenzó a imitar el poco musical chirrido de sus nuevas amistades. El dueño del pájaro se dio cuenta y llevó de nuevo a la casa al canario. Pero era demasiado tarde. El pajarito había perdido su canto para siempre. 

Todos conocemos a cristianos que, hace años, tenían un hermoso testimonio, pero que lo han perdido, y ahora todo lo que hacen es hablar, hablar y hablar. ¿Por qué? Porque han perdido la comunión con Dios, y han perdido su testimonio.

Por D.L. Moody

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