LEVANTA TUS OJOS



Josué y el varón con la espada desenvainada

Estando Josué cerca de Jericó,  alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,  el cual tenía una espada desenvainada en su mano.  Y Josué,  yendo hacia él,  le dijo:  ¿Eres de los nuestros,  o de nuestros enemigos?  El respondió:   No;  mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.  Entonces Josué,  postrándose sobre su rostro en tierra,  le adoró;  y le dijo:  ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Josué 5: 13–14

Los israelitas habían cruzado el Jordán y acampaban fuera de Gilgal a 2 o 3 kilómetros más o menos de Jericó. 

Jericó estaba construido sobre un monte, tenía grandiosas murallas dobles de muchos metros de altura. Josué sale solo del campamento en Gilgala recorrer los alrededores de Jericó, a recorrer el terreno, pues en algún momento tiene que obedecer a la voz de Dios para tomar la ciudad. 

Josué tal vez se aparta para analizar la situación, o tal vez se aleja para orar así como Jesús lo hacía. 

Estar solo a veces es bueno para encontrarse con el Padre, o tal vez se encontraba meditando en la ley de Jehová. Todas esas cosas que hacemos cuando necesitamos saber qué hacer, buscamos oír su voz, oramos, leemos y meditamos en su palabra y así estaba Josué.

La biblia dice que cuando Josué estaba en esta situación “levantó sus ojos”, eso significa que miraba hacia abajo pues alzó sus ojos. Eso me hace meditar que suceden cosas importantes cuando alzamos nuestros ojos.

“Mirar hacia arriba” significa que solo podemos buscar lo que necesitamos en el Señor que habita en las alturas, esto indica dependencia hacia Dios. Buscamos su soberanía, buscamos su respuesta, buscamos su provisión, buscamos algo de los cielos que nos ayude, que nos aliente, la mano poderosa de Dios. 

Le aliento a través de este mensaje a buscar a Dios mientras pueda ser hallado, levantemos nuestros ojos al cielo, como dice su palabra en el Salmos 121:1-2“Alzaré mis ojos a los montes;  ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová,  Que hizo los cielos y la tierra”.

Nuestra ayuda viene cuando alzamos nuestros ojos al cielo, al único que puede socorrer nuestras almas, Jehová, el que hizo los cielos y la tierra. No debemos continuar mirando hacia abajo hacia nuestras circunstancias, sino mirar al cielo a aquel que tiene todo bajo control, al que gobierna el universo.

La Escritura dice que Josué levantó los ojos y miró, algo inesperado, sorpresivo sucedió: “vio un varón con una espada desenvainada en su mano”. Josué fue sorprendido y al principio no reconoció que este hombre era divino. 

Josué yendo hacia él…-lo enfrenta- le dijo: ¿eres de los nuestros,  o de nuestros enemigos? El respondió: No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.  

"No", es una respuesta inesperada, porque la pregunta que Josué le hizo no era una pregunta para responder sí o no. Él le dijo estás por nosotros o por nuestros adversarios y él responde "no".

¿Estás tú de mi lado? ¿O estás en mi contra? 

Esto fue lo que este hombre le vino a decir a Josué: No he venido a tomar un bando- “he venido a tomar el control” –como príncipe del ejército de Jehová he venido, “no he venido a tomar partido, he venido a tomar el control”. 

Es como si Dios estuviese diciendo a Josué:“estoy trayendo un ejército de ángeles, mi escuadrón celestial para acompañarte en esta batalla, ellos serán quienes ganarán la batalla”. No estamos solos, esta fue una confirmación para Josué cuando Dios le dijo que estaría con él siempre.

El Señor viene justo cuando lo necesitamos, tenemos su presencia de forma continua en nuestras vidas, aunque a veces no lo podamos ver con los ojos naturales, pero Él siempre está cuando lo necesitamos, no olvidemos alzar cada día nuestros ojos al cielo.

Salmos 46:11: “El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob”.

Señor, queremos alzar nuestros ojos al cielo cada día sabiendo que nuestro único socorro viene de ti, que sólo tú estás en control de nuestras vidas, que sólo tú peleas nuestras batallas. Tú eres nuestro escudo, y el Señor de los ejércitos está con nosotros siempre, gracias Señor, te honramos por esto, Amén.

Por Wiarly Muñoz G.


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