CONSEJOS DE JOHN WESLEY A LOS PREDICADORES

 

«Vuestras dotes de predicadores no se mejoran; son lo mismo que eran hace siete años; poseéis la vida, pero no la profundidad; hay en vuestra predicación alguna monotonía; no hay amplitud de pensamiento. 

Solamente la lectura diaria puede remediar esto, combinada con la meditación y la oración. Os causáis grave perjuicio al omitir tales cosas. Sin ellas nunca llegaréis a ser un predicador profundo, ni siquiera un cristiano completo. ¡Oh, comenzad! 

Fijad horas determinadas de cada día para entregaros a ejercicios especiales. Podréis adquirir el gusto de que ahora carecéis: lo que al principio es tedioso, será después agradable».

Carta de Wesley a uno de sus predicadores asociados.

Comentarios