INFLUENCIA PODEROSA

«Para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos».

Así como en la vida natural, también en la gracia ustedes y sus hijos fueron íntimamente vinculados para el bien o para el mal. 

Física, intelectual y moralmente, ellos participan de su vida. Espiritualmente puede ser así también. 

El don del Espíritu y de su operación bondadosa para con ustedes y para con ellos no son dos hechos distintos y separados; por el contrario, es en ustedes y por medio de ustedes que también llega a ellos. 

La vida y la influencia diaria de los padres es el canal que él utiliza para alcanzar a los hijos con su vivificación y gracia que santifica.

Si usted está tranquilo con el pensamiento de que ya fue salvado y no está buscando ser realmente lleno del Espíritu; si su vida sigue siendo más carnal que espiritual; si usted tiene más del espíritu del mundo que del Espíritu de Dios, no se sorprenda si sus hijos crecen sin convertirse de verdad. 

Será solo un resultado natural y lógico. Usted está obstaculizando la acción del Espíritu Santo. 

Usted infunde en ellos, día a día, el espíritu del mundo. Puede ser de manera inconsciente, pero su influencia los está dirigiendo con gran eficacia a la religión humana, en armonía con el espíritu del mundo, en lugar de inspirarlos para la vida de Dios, en el poder del Espíritu Santo enviado del cielo.

La promesa es para ustedes, y para sus hijos. A pesar de la influencia errada de los padres, la bendición puede aun alcanzar a los hijos por medio de la fe de otros; sin embargo, los padres no tienen ninguna garantía de esto, a menos que se entreguen al Señor y se conviertan en el canal para llevar la vida verdadera a ellos. Si aún no somos despertados por ningún otro factor, permita Dios que nuestro amor de padres nos haga ver que nada menos que la llenura del Espíritu Santo nos permitirá ganarlos para Dios.

Por Andrew Murray

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