YO ELIJO EL GOZO



John Newton conoció a Mary Catlett cuando ambos eran aún adolescentes y él era inconverso. A sus 23 años él conoció a Cristo y su vida fue transformada; y a los dos años de su conversión, John y Mary, quienes se habían enamorado siendo unos adolescentes, finalmente se casaron.

Mary y John realmente se amaban y tuvieron un matrimonio extraordinario en todos los sentidos. Newton no podía imaginar su vida sin Mary, así que siempre asumió que él moriría primero.
Sin embargo, Mary fue diagnosticada con cáncer. Después de una larga lucha, finalmente murió la noche del miércoles 15 de diciembre de 1790, con su esposo de pie a su lado sosteniendo una vela en su mano. Ellos estuvieron casados por 40 años y tuvieron un matrimonio increíble.
El domingo siguiente, cuatro días después, John Newton subió al púlpito de su iglesia en Londres. Estoy segurO, al igual que ustedes, ya lo pueden imaginar, que la congregación debió de haber estado pensando qué predicaría. Su amada esposa Mary acababa de morir. ¿Qué texto escogería? ¿Qué predicaría ahora?
Newton escogió como su pasaje del domingo uno que él había estado reservando a través de su ministerio para usarlo en una ocasión como esta. Está en el libro de Habacuc. Éste era su pasaje:
"Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación." Habacuc 3:17 -18
Lo que Newton estaba diciendo es: "Yo elijo el gozo, yo elijo el regocijo, no mis circunstancias" porque en ese momento sus circunstancias eran horribles, "sino que yo elijo regocijarme en el Dios de mi salvación".
Estamos hablando de este último párrafo al final de Habacuc, que habla acerca del gozo en medio de la adversidad, en medio de la pérdida.
Aquí está un hombre, un profeta de Dios, quien había visto la ira y el juicio de Dios. Dios le había dicho que los babilonios vendrían y que ellos iban a castigar al pueblo judío, que serían tomados en cautiverio. La adversidad se aproximaba. Habacuc sabía esto.
No solo sabía que esto se aproximaba, sino que también sabía que en ese momento el pueblo de Dios se encontraba en una condición de apostasía. Las cosas eran negativas, sin esperanza y difíciles alrededor de él. Habiendo aprendido que "el justo por su fe vivirá", Habacuc decidió no dejar que sus emociones o sus circunstancias dirigieran su vida. Él decidió que él elegiría regocijarse en el Señor.
Sabemos que el gozo es fruto del Espíritu y quien es Dios que lo da y mientras caminamos en unión y comunión con el Dios de todo gozo, el Dios de toda paz y el Dios de toda gracia, es Su gozo el que brota dentro de nosotras.
Bendito seas Dios, en la tierra de plenitud, donde fluye abundancia yo, te bendeciré.
Bendito seas Tú, aunque esté en medio del dolor, y si en valle de sombra estoy. Te bendeciré.
Bendito seas Tú, cuando el sol brille sobre mí, cuando todo me sale bien, te bendeciré.
Bendito seas Tú, en momentos de tempestad, en momentos de soledad. Te bendeciré.
Por cada bendición que me des, te alabaré… Y en el valle más oscuro… siempre te diré: Bendito sea el Nombre del Señor. Bendito seas Tú.
Bendito sea el nombre del Señor, bendito Tu glorioso Nombre, oh Dios. Tú quitas, y tú das. Tú quitas, y tú das. Mi corazón dirá: Bendito seas Tú.
Así que es por fe. ¿Cómo viven los justos? Por fe. Por fe Habacuc declara: "Señor, aun y si todo lo que yo considero necesario o significativo me es quitado, aún así elijo tener gozo" (Habacuc 3:17 - 18 parafraseado). Él se da cuenta que el gozo es una elección y que se encuentra en el Señor, aun cuando todas Sus bendiciones sean quitadas.

Comentarios