COMUNIÓN ÍNTIMA



Están aquellos que se disciplinan a sí mismos para escapar de esta carrera de ratas, que rehúsan invitaciones y dejan de lado actividades secundarias para pasar un tiempo a solas con el Señor. Resueltamente hacen tiempo para orar y meditar.

Tienen un escondite donde pueden dejar de escuchar el ruido del mundo para estar a solas con el Señor Jesús.

Estas personas tienen un caminar distinto, de poder interior, en el que andan con el Señor.

“La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” (Sal 25:14).

Dios les revela secretos de los que nosotros, en nuestras vidas delirantes, no sabemos nada.

Hay una comunicación de inteligencia divina en lo que respecta a la dirección en la vida cotidiana, en relación a los eventos que suceden en el mundo espiritual, y en relación con el futuro. Aquellos que habitan en el santuario a menudo tienen visiones de Dios que no conocen en absoluto los que viven en los suburbios. Fue aquél que se recostaba en el seno del Salvador a quien le fue dada la revelación de Jesucristo.

Frecuentemente pienso en estas palabras de Cecilio: “Yo digo en todas partes y a todos, que debes mantener una relación con Dios o tu alma morirá. Debes caminar con Dios o Satanás caminará contigo. Debes crecer en la gracia o la perderás; y no puedes hacer esto sino dándole a este propósito una porción conveniente de tu tiempo y empleando diligentemente los medios pertinentes. No me explico cómo es que algunos cristianos pasan tan poco tiempo de recogimiento y aislamiento. Encuentro en el espíritu de esta edad un fuerte principio de asimilación. Arrastra violentamente mi mente a su remolino y me hunde entre las heces y suciedad de la naturaleza carnal... Estoy obligado a retirarme regularmente y decir a mi corazón: ‘¿Qué estás haciendo? ¿Dónde estás ahora?’”

William Mac Donald

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