Por Susannah Spurgeon
“…Tuyo soy yo y todo lo que tengo”. 1 Reyes 20:4.
Esta mañana, sobre la mesa de mi corazón, descansa un pacto, uno que con gusto renovaría contigo, y al que te ruego que pongas Tu sello y firma. Oh, Señor mío, acércate, te lo suplico; mira hacia abajo con Tu gran amor sobre mí mientras escribo estas solemnes palabras: "Soy Tuya, y todo lo que tengo", y deja que mi alma escuche Tu tierna respuesta: "Te he llamado por tu nombre, ¡eres Mía!".
No hay nada en la tierra, oh, Señor, Tú lo sabes, que yo
desee tanto como estar absolutamente rendida a Ti, y a Tu servicio. Quiero la
bendición espiritual más completa que Tú puedas darme; y para obtenerla,
gustosamente entrego cuerpo, alma y espíritu, todo lo que soy y tengo, en Tus
amorosas manos, para que Tú reines sobre mí, y gobiernes dentro de mí como mi
Rey y Amo absoluto.
¿Me preguntas si he contado el costo? Sí, Señor, significa:
“Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo
vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2:20.
Este es el costo, pero Tu gracia es suficiente para
cubrirlo, y para llenar el corazón de Tu hija con gozo indecible al pensar que
ya no es suya, sino "comprada por precio".
"Tuya soy". ¿Quién tiene sobre mí un derecho tan
grande como el que Tú tienes? Creada por Ti, pertenezco por necesidad a Aquel
que me hizo. Conservada diariamente por Ti, la vida que Tú mantienes debe ser
consagrada a Tu servicio. Pero el lazo más estrecho de todos es que Tú me has
amado, me has redimido de la muerte, me has comprado con el precio de Tu propia
sangre, ¡y así me has unido a Ti para siempre! Oh, amor, asombroso y divino,
¿por qué hiciste todo esto por alguien tan despreciable e indigna? No es más
que otro ejemplo de
“Sí, Padre, porque así fue de tu agrado”, así te ha parecido bien", y, puesto que te ha complacido ser tan misericordioso, y me has hecho posible decir: "Soy Tuya", naturalmente debo añadir: "y todo lo que tengo", poniendo toda posesión y poder a Tus queridos pies; porque qué tengo yo, Señor, de bueno o excelente, ¿que no sea Tu propio don para mí?
Te ruego que me concedas que mi rendición sea real, práctica
y completa; no sólo de palabra, sino de hecho y de verdad; no simplemente una
sumisión espiritual, que podría considerarse fácil y agradable, sino esa
constante negación del yo y de sus súplicas, esa sumisión del cuerpo y su
sometimiento, que me resulta tan difícil de lograr.
Si Tú me has dado un solo talento, ¡que pueda ser usado para
traerte el mayor interés posible de gloria! Mi tiempo no debe malgastarse sin
sentido, ni emplearse meramente para la autocomplacencia; sino que cada hora
debe llevar en sus rápidas alas el testimonio de algo dicho, o hecho, o
pensado, para Ti, mi Maestro, o para Tu servicio. Todo mi dinero te pertenece,
y cada moneda de él debe ser gastada, como ante tus ojos, y con tu aprobación.
Te ruego que me permitas, en este asunto, dar buena cuenta de mi administración.
Líbrame del mal de considerar el dinero como un regalo, para ser usado a mi
voluntad y placer, en lugar de recibirlo de Ti como un préstamo sagrado o un
fideicomiso para ser empleado y gastado sólo para Tu gloria. Sea mucho o poco
lo que me concedas, ayúdame de corazón a decir: "¡Todo lo que tengo es
tuyo!".
Oh, mi afligido Señor, Tú recordarás que mi más querida y
preciosa posesión está ya bajo Tu custodia, y que Tú me has enseñado desde hace
mucho tiempo, por una dolorosa experiencia, a medir las pérdidas de la tierra,
por las ganancias del Cielo. Sí, Señor, puedo bendecirte porque Tú has guardado
mi tesoro en Tu propio tesoro, y has reunido mi joya invaluable en Tus propias
galas.
" De lo tuyo, te he dado" al resignar en Tus brazos
a ese amadísimo que ahora está contigo en la gloria.
Querido Señor, al tomarlo a él, Tú pareces haber tomado TODO
LO QUE TENGO, de modo que ya no es cuestión de "entrega", sino sólo
de tranquila y feliz sumisión, a medida que Tu voluntad se despliega
diariamente, y dirige mi trabajo y mi camino.
Señor, guárdame siempre así en el escondite secreto de Tu
amor, “…como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo” ¡es un refugio tan
seguro para un alma cansada y en espera, y una manera tan bendita de ser
preparado para la herencia venidera!
Traducido por Wiarly Muñoz G.
Octubre de 2024.
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